Me estaba acordando que un día que quisimos disfrutar de las maravillas chilangas, el Aleks y yo nos lanzamos a una intrépida aventura al Zoológico de Chapultepé... Bueno, pues no saben la divertida que nos dimos, lo gozamos, jajaja...
Mientras observábamos a los animales, escuchamos todo tipo de comentarios, y uno de los más profundos que capté en esos sublimes momentos fue cuando pasamos por los aposentos de los mandriles:
- "Mamá, ¿por qué ese chango tiene la cola roja"?
Pero el mejor de todos fue un niño que, con infinita curiosidad, le preguntó a su madre al pasar por el lugar de los bisontes:
- "Mamá, ¿ese animal qué es?"
- "Ay mijo, creo que es un burro... ah no, pérame, es un toro, mijo".
La infinita curiosidad del chaval fue satisfecha por la infinita sabiduría urbana de la madre...
- Amaya
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