miércoles, mayo 31, 2006

Palabras sabor manzanilla

Para tí sólo quisiera tener palabras herbales. De esas que con tan sólo hervirlas sueltan su exquisito aroma y su infusión para lograr el grado máximo de la relajación al beberlas lentamente con un poco de azúcar morena.
Palabras de manzanilla y yerbabuena que seducen e hipnotizan...

- Amaya

Voyage

Je voudrais partir loin d'ici... Oublier le monde qui touche ma peau... Faire un voyage magique qui guérisse mon ame.
C'est drole. Échapper. C'est toujours la meme réponse chez moi...
Et si je reste? De toutes facons je n'ai pas de choix. Et pourtant, le désir de m'en voler est lá...
- Amaya

lunes, mayo 08, 2006

Insomnio

Sólo me hace falta presentar un examen para dar por terminada de una buena vez la maestría. Aún así, necesito terminar la tesis para poder graduarme. ¡Casi nada! Además, estoy a 82 días de casarme, mudarme a México y comenzar una nueva vida. Esto sin hablar de mi futura y triste condición de desempleada una vez que arribe a la Ciudad de la Esperanza.

Por otro lado, cada vez están más cerca las elecciones del 2 de julio y el tan esperado mundial de fútbol.

Examen. Tesis. Penales. Elecciones. Boda. Distrito Federal. Desempleo.

Todo esto converge en una sola palabra…

Insomnio.

- Amaya

Secretos

“Todos los secretos están guardados en un mismo cajón, el cajón de los secretos, y si develas uno, corres el riesgo de que pase lo mismo con los demás”. Delirio, Laura Restrepo (Premio Alfaguara 2004).

No sé qué tan cierto pueda ser esta idea del cajón de los secretos. Lo que sí sé es que hay que abrirlo de vez en cuando y compartir con alguien todas esas cosas que solemos guardar con tanto celo. El miedo a que nos juzguen puede ser un obstáculo infranqueable, pero nos podemos llevar una grata sorpresa al descubrir la empatía y solidaridad de nuestro confidente.

- Amaya

viernes, mayo 05, 2006

CONVÉNCETE!

¿Por qué Sí López Obrador?

Porque cumplió los 40 compromisos asumidos durante su campaña política como candidato para Jefe de Gobierno del DF e incluso realizó más acciones de las planeadas originalmente.

Porque como Jefe de Gobierno del DF promovió nuevos derechos sociales, algunos de los cuales logró elevar a rango de ley con la aprobación de la Asamblea Legislativa, como el caso de la Pensión Universal Alimenticia para Adultos Mayores, la entrega de útiles gratuitos a los alumnos de instrucción básica inscritos en escuelas públicas de la capital y el Programa de Apoyo a Personas con Discapacidad.

Porque durante su administración en la Ciudad de México se realizaron 126 mil acciones de vivienda, que constituye un programa cuya magnitud no se registraba desde la época en que se tomaron medidas para resarcir los daños causados por los sismos de 1985. A través de esta acción de gobierno, la gente de escasos recursos puede hacerse de una vivienda digna en el Distrito Federal a precios que no ofrece ninguna otra dependencia pública ni la iniciativa privada.

Porque impulsó la construcción de 16 escuelas preparatorias públicas en las zonas más pobres del Distrito Federal.

Porque fundó la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, que con la construcción de su sede principal en la zona de Iztapalapa, una de las más pobres de la Ciudad de México, tiene capacidad para atender a 10 mil estudiantes. Este hecho cobra gran relevancia porque hacía 30 años que no se creaba una universidad pública en el Distrito Federal.

Porque impulsó al sistema de salud, mejorando y ampliando la infraestructura ya existente, y construyendo nuevas instalaciones modernas y con los últimos avances tecnológicos en la materia, como un Hospital de Especialidades en Iztapalapa, lo cual destaca también porque desde 1986 no se abría un hospital público en la capital.

Porque durante su gestión la Ciudad de México se sitúa como primer lugar nacional en construcción de obra pública, capta la mayor parte de la inversión extranjera en el país y se convierte en la capital de los acontecimientos artísticos, culturales, deportivos y religiosos.

Porque durante su periodo de gobierno los empresarios ponen en marcha en la ciudad proyectos de industrias, hoteles, comercios, oficinas corporativas, escuelas, hospitales y vivienda que suman 15 millones 539 mil metros cuadrados de construcción, con una inversión estimada en 92 mil 478 millones de pesos que generan alrededor de 658 mil empleos directos e indirectos.

Porque tan sólo en 2004, de la inversión destinada a la industria de la construcción en todo el país, el Distrito Federal participa con 22.2 por ciento, lo cual en los hechos se traduce en la construcción del Segundo Piso de Periférico, que es una obra cuya magnitud no tiene precedente en México y una de las construcciones viales más importantes del mundo.

Porque impulsó el rescate del Centro Histórico, que durante su gestión alcanza la recuperación de 37 manzanas, incluyendo el retiro del comercio en vía pública y la disminución de la incidencia delictiva hasta convertir esa zona incluso en la más segura de la ciudad.

Porque durante su gestión, se recuperó el Corredor Reforma y la zona de la Alameda Central, que era un área abandonada desde los sismos de 1985 y donde ahora se disfruta la Plaza Juárez, sitito donde ya operan las nuevas sedes de la Secretaría de Relaciones Exteriores y del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal, y donde se rehabilitó también el histórico ex templo de Corpus Christi.

Porque sin aumentar impuestos ni derechos en términos reales logra que los ingresos propios de las arcas del Distrito Federal se incrementen a un ritmo promedio de 1.3 por ciento anual, que significa un recaudación de 10 mil millones de pesos más.

Porque durante su gestión, la deuda capitalina mostró un crecimiento promedio de 3.3 por ciento, que es un índice muy por debajo del crecimiento de 54 por ciento registrado de 1994 a 1997, y del 18 por ciento observado en el periodo de 1998 a 2000.

Porque la administración de López Obrador recibió una deuda de 37 mil 834 millones de pesos y al cierre del primer trimestre de 2005 ésta se ubica en 41 mil 914 millones. Este aumento es muy inferior a lo registrado en gobiernos, pues en el periodo 1994-1997 la deuda sube de 5 mil 786 millones a 20 mil 617 millones, y de 1998 a 2000 crece de 30 mil 19 millones hasta 34 mil 517 millones de pesos.

Porque durante su gobierno, organismos internacionales como Fitch, Moody´s y Standard & Poors dan la máxima calificación positiva a la capacidad financiera de la ciudad, al otorgar a la deuda capitalina el rango triple A.

Jíganme loj buenoj...

jueves, mayo 04, 2006

La importancia de evaluar antes de sufragar

Por Víctor Kerber y Amaya Marichal
Artículo publicado por la revista INTEGRATEC

La competencia por el voto ciudadano está reñida. Para elegir, no basta con conocer las tendencias de popularidad de los candidatos, sino ir hasta el fondo de su discurso y de las personas que los rodean.

Los procesos electorales suelen ser imperfectos si se tiene en cuenta que muchos votantes quedan insatisfechos con los resultados o que pueden elegir a líderes pérfidos, como Adolfo Hitler en Alemania. Y tampoco son procesos equilibrados, puesto que hay ocasiones en que ascienden a un gobierno, personajes que en términos reales fueron elegidos por una minoría de la población.

Si la democracia deriva de procesos imperfectos, riesgosos y desequilibrados, cabe preguntarse para qué defenderla. La mejor respuesta, aunque quizá no sea muy convincente, la ofreció Winston Churchill: “La democracia es lo menos malo que conocemos entre los sistemas políticos hasta ahora inventados”.

Durante decenios, México fue dominado por un sistema que tenía una elevada cuota de originalidad. Varios politólogos y analistas intentaron comprenderlo: para unos era una “democracia dirigida”, para otros, una “dictadura perfecta”. Había partidos que derrochaban dinero en campañas, candidatos y elecciones; y sin embargo, todos sabían de antemano quién iba a ganar.

Cuando el pleno poder hizo que los presidentes perdieran conciencia de que la presidencia era finita y sin posibilidades de reelegirse, y cuando la corrupción se salió de todo control, comenzaron a aparecer señales de cambio, tales como el movimiento estudiantil del 68 o las concentraciones masivas de otros sectores inconformes de la población, en 1988. Finalmente, en 2000, por primera vez llegó a la Presidencia un candidato distinto al del partido hegemónico, con lo cual México se estrenó como un país auténticamente democrático.

Ahora toca de nuevo el turno de participar en la elección del próximo presidente de México, en julio de este año. Acudir a votar es de suma importancia, no sólo porque es un derecho que da la ley, sino porque el voto personal cuenta mucho para decidir el futuro inmediato de México. De nueva cuenta, se advierte que, como todo proceso, conlleva riesgos; se elegirá a una persona que, en el fondo, no se conoce. Pero dejar la decisión en manos de otros electores es un riesgo aún mayor.

Vaya una invitación a emprender esta acción cívica en forma cabal, razonada, preferentemente desprendida de apasionamientos. Aunque no se pertenezca a la masa acarreable, tampoco se es ajeno al bombardeo mediático donde los candidatos se ofrecen como productos de mercado, marcas de moda o héroes con una solución infalible para cada problema del país.

Hace seis años se abrumó a la ciudadanía con mensajes acerca del “voto útil”: había que votar por el que presuntamente tendría mayores probabilidades de vencer al candidato oficial. Hoy el país se encuentra ante una situación a la inversa. Hay quienes piensan que aquel “voto útil” no lo fue tanto, y otros opinan que para qué votar si al cabo todos los candidatos son igual de malos. La calificación de las características personales es relativa, pues una misma actitud puede ser considerada por algunos como firmeza de carácter y liderazgo, mientras que otros piensan que es señal de autoritarismo.

Para emitir un voto razonado, además de verificar las propuestas de los candidatos, se debe dar seguimiento a sus discursos. Sus gestos, sus reacciones frente a las audiencias y sus deslices verbales dicen mucho acerca de cómo son realmente los aspirantes. Los candidatos presidenciales generalmente lo prometen todo, porque para ellos lo más importante en este momento es llegar al poder. Para los electores, en cambio, lo más importante es que llegue el “menos malo”, en el menos malo de los sistemas políticos.

La política no la hacen seres superdotados sino hombres y mujeres con cualidades y defectos, por lo que hay que observar y elegir.

Por otra parte, es necesario poner atención en aquellas personas que rodean a los candidatos, ya que serán ellas quienes eventualmente compartirán las actividades de gobierno. Sus exabruptos y jactancias pueden ser incluso mejores indicadores que las tendencias de popularidad. En síntesis, los equipos de campaña son más reveladores que aquél a quien pretenden encumbrar.

Un último consejo para emitir un voto racional sería consultar las opiniones de los analistas, no porque tengan acceso a secretos, sino porque generalmente se fijan en cosas que para uno pueden pasar desapercibidas. Informarse es una exigencia. Giovanni Sartori, politólogo italiano, dijo que el gran problema de las democracias es que movilizan a una masa de desinformados. Por eso es que, como nunca, la corresponsabilidad en el gobierno del país es nuestra, no sólo de quienes serán elegidos.