Creo que todos los que me conocen saben que Aleks fue mi amor platónico por muchos años. Todo comenzó en primero de secundaria en la Alemán. En esa época solía sentarme en las bancas afuera de mi salón y observar a Aleks entre suspiros mientras Yenissei hacía lo mismo con Pedro Vicente. El amor era para sufrirlo en compañía de mi amiga cantando "Rayando el sol" a todo pulmón. Resulta que un día, David Negrón, un amigo, me pidió mi libro de ciencias sociales y yo se lo presté sin sospechar que se lo iba a enseñar a Aleks, que estaba sentado en la cancha enfrente de mí. No les voy a dar detalles, pero basta con que se imaginen un libro lleno de corazones que decían "alex y amaya". Aleks vio el libro y me volteó a ver a mí, mientras yo trataba de esconderme en una cueva. Humiliation sweet humiliation...
- Amaya