Qué difícil resulta a veces quitarse de encima los prejuicios, traumas, paradigmas, recuerdos y predisposiciones. Esto nos resta libertad. Nos impide disfrutar al 100% el momento que estamos viviendo. Son las cruces con las que cargamos. Cargas psicológicas. Cicatrices del pasado. Reacciones inconscientes.
Repetimos los mismos patrones una y otra vez. Y no somos capaces de aprender. De darnos cuenta que cada experiencia es única. Que el mundo está lleno de posibilidades infinitas. Que cada persona es diferente. Que lo que necesitamos es quitar las amarras. Olvidar los prejuicios. Entregarnos por completo.
- Amaya
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