La fuerza del pensamiento era demasiado grande como para desecharla. Estaba totalmente decidida. Era un máquina de voluntad plena.
¿Entonces qué pasó? ¿Por qué no me fui? ¿Por qué no llevé a cabo mi efímero plan como lo había imaginado? No lo sé... Sólo sé que la luz de un nuevo día siempre me hace ver las cosas de otra forma distinta. Mi corazón se tranquiliza o algo así.
Pero eso sí. Que quede bien claro. Que si un día me voy, lo más seguro es que no regrese.
- Amaya
3 comentarios:
¿Era de lo que habíamos hablado el otro día?
Es curioso como en ocasiones pensamos en hacer cosas para bien o para mal y de repente por cualquier otra razón dejamos de hacerlas. No se si es el corazón el que a veces te detiene o simplemente un nuevo pensamiento tal vez más o menos loco que logra eclipsar al anterior.
extremadamente radical ehhh pequeña y si se cumplen tus vaticinios?
Sí es bastante radical. Yo creo que por eso no lo hice...
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