Creo que ya les había contado que cuando era muy pequeña hacía cualquier tipo de gracias con tal de que mi mamá no me llevara a dormir, así que complacía a mi público bailando La negrita cucurumbé, recitando poemas, diciendo palabras en inglés, haciendo caritas y cosas por el estilo.
Ya saben, mi vocación de estrella del espectáculo, jojo. Ah, siempre he vivido de los aplausos.
El caso es que un día de esos, mi público (o sea mis tíos y primos) me pedía que les dijera los planetas del sistema solar, que ya me había enseñado mi mamá.
Efectivamente estaba dispuesta a decir los nombres de los planetas de un jalón porque sí que me los sabía, pero era una niñita, casi casi una bebé y necesitaba que alguien me ayudara un poco, por lo menos que me recordaran el primer planeta y ya con eso me soltaba recitando todos los demás.
Así que cuando me vieron dudosa y necesitada de ayuda, alguien me quiso echar la mano y me susurró al oído para darme una pista:
- Mer... Mer... Merrrr...
Y entonces mi mundo se iluminó y grité entusiasmada:
- ¡MERCEDES!
Después de ese resbalón, no tengo que explicarles que esta anécdota es contada en todas y cada una de las reuniones con los Gallardo...
- Amaya
2 comentarios:
Esto fue genial, jamás lo olvidaré!!!
La tía Mers
eso y todo lo demás que haces y hacías, algo que no se me olvida como presumía la mers con sus amigos de que leías las placas de los carros muy pequeñita., y de que tenías un extenso vocabulario en inglés y en español.
te amo.
lin.
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