Mirarse al espejo y ver un camino brumoso. Un vestido de novia de color ocre y un olor al cajón del tocador de mi abuela. Unas perlas de señora que no van con la niña. Unos tenis viejos. Flores secas, naturaleza muerta. Fotografías familiares. Linaje que se esconde en las antiguas haciendas. Rostros curtidos. Retratos de gente desconocida y uno que otro revolucionario...
Son reliquias. Son recuerdos. Son historias. Son años pintados de sepia...
Espejo que refleja el camino andado de todo un árbol genealógico. La sangre que llevo en mis venas es la sangre de muchos. Llevo en mi frente los sueños de familias enteras. Sus éxitos, sus fracasos. Sus amores y desamores. Sus tristezas y sus alegrías. Sus viajes...
Llevo raíces. Llevo tierra en mis puños y cielo en mis ojos. Tengo lágrimas y diamantes. Yo, ya no soy sólo yo. Soy personas. Soy generaciones. Soy mundos. Llevo en mi nombre miles de nombres. Y eso, sólo con mirarme al espejo.
- Amaya
1 comentario:
De vez en cuando, cuando me acuerdo, o cuando ya termine de leer las noticias, vengo a tu blog a pasearme entre tus ideas. Esta vez fue una delicia! Me siento muy contenta de conocerte, lo que eres ahora, lo que fuiste hace unos anios, y lo que ha sido tu familia, tu abuela, tu madre. Y espero conocer lo que seran tus hijos, tus nietos...
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