Se me hace que yo sí de plano erré el camino. Todo indicaba que iba a ser una gran estrella del mundo del espectáculo. Desde que la maestra Yara me puso de abejita en mi primer festival de ballet, supe que lo mío era la artisteada. Yo lo tomé con mucha responsabilidad y todos los que me vieron dicen que hice un gran papel de abejita, saltando de flor en flor, muy laboriosa ella...
Para el segundo festival, el tema era el de un gran espectáculo de circo, y aunque yo deseaba con hartas ganas que me dieran el papel de maga (la maga hacía que aparecieran conejitos de verdad, de veras, de veritas), digamos que me sentí bien cuando me anunciaron que sería la domadora de felinos. Grrrrrrr!! Imagínense, a mi corta edad y yo ya con la vocación bien definida, (yeah, right!!).
En el último festival que participé, me tocó salir de griega y de francesa. La verdad es que el Can Can se me daba bastante bien. Lo mejor era el vestuario: vestido con falda negra que alzábamos al compás de la música, calzón negro con un corazón rojo en el trasero y un súper liguero. Toda una cabaretera a mis 11 años. Nada mal, eh?
En el inter, participé en algunos bailables en la primaria. La Kikis y la Kore recordarán perfectamente cuando bailamos la de Eternamente bella bella de la Alejandra Guzmán, muy de moda en aquella época. No sé por qué demonios en ese momento nos pareció buena idea dar unas marometas a la mitad de la canción, jajajaja. Créanme que no tenían nada que hacer ahí... Consecuencia: El oso de nuestras vidas... Pero bueno, ya pintábamos para ser buenas coreógrafas, por lo menos, innovadoras...
En la secu y en la prepa también hicimos varias cosas. El éxito más grande fue la obra de teatro "Aborto", aunque también nos fue bastante bien con la poesía coral, la oratoria, las obras chuscas y las escoltas. Puros premios y reconocimientos. Ah... y el hermoso aplauso de ese público maravilloso...
Por eso ahora me pregunto: ¿¡!Qué hice de mi vida, maldita sea?!!
- Amaya
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