Si eres de los que piensa que se trabaja mejor bajo presión y siempre terminas haciéndolo todo a la última hora, tal vez te interese lo siguiente:
Los economistas Dan Ariely y Klaus Wertenbroch, especialistas en comportamiento, realizaron un estudio sobre la procrastinación (o sea, el aplazamiento de actividades), en el cual participaron 3 grupos de estudiantes del MIT. Cada grupo tenía que llevar a cabo 3 tareas que debían ser completadas en el transcurso de 12 semanas.
Al primer grupo le dividieron las entregas de cada tarea estableciendo fechas límites intermedias; la primera tarea tenía que estar lista después de 4 semanas, la segunda después de 8 semanas y la tercera al finalizar las 12 semanas. El segundo grupo de estudiantes no tenía fechas límite intermedias, sino que tenían que entregar las 3 tareas al finalizar las 12 semanas (es decir que ellos mismos organizaban su tiempo). Y el tercer grupo no tenía una fecha límite definida, es decir que ellos mismo decidían cuándo entregar las 3 tareas.
¿Quiénes creen que obtuvieron las mejores calificiaciones y entregaron tareas con mayor calidad? Pues resulta que fueron los estudiantes del primer grupo (que tenían una agenda más organizada con fechas límite espaciadas) al igual que algunos estudiantes del tercer grupo que se estructuraron por su cuenta y entregaban cada tarea en fechas intermedias.
¿La moraleja de la historia? Cuando tengas que realizar una actividad, divídela en pequeñas tareas que puedas ir completando poco a poco y asígnales una fecha límite a cada una. Comprometerse con cada fecha es importante y siempre ayuda tener una agenda donde se pueda ir palomeando cada avance.
Y bueno, siempre hay que tomar en cuenta que lo más difícil es comenzar...
- Amaya
2 comentarios:
"Todo lo que pueda arreglar hoy lo dejaré para mañana"
Amén de los babas XD
y de las personas normales...
:)
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