Cuando me dijo Adriana que llevaba 700 personas inscritas para la carrera, no lo podía creer. Pero cuando mi papá empujó mi silla de ruedas para dar el banderazo de salida y vi a toda esa gente lista para recorrer 5 km, mi corazón casi se me sale de la emoción.
El día no pudo haber estado mejor. Todo mundo estaba animado y me sorprendió ver que muchos iban con toda su familia. Había sonrisas por todos lados. Los organizadores resolvían cuestiones de último minuto. El sol empezaba a sentirse. Seguía llegando gente a inscribirse. Los puestos de agua estaban listos...
Me habría encantado correr con todos los demás.
Cuando me paré de la silla de ruedas y tomé la bandera, sentí un nudo en la garganta. No podía hablar. Entonces uno de los corredores me ayudó y gritó:
"¡En sus marcas...!"
Y yo rematé, esta vez un poquito más segura:
"¿Listos? ¡Fueraaaaa!"
Conforme iban pasando todos, yo iba reconociendo a viejos amigos que hacía años que no veía. Y estaban ahí. Conmigo.
Aleks se acercó, me dio un beso y se lanzó a la carrera. Después de poco más de 13 minutos llegó el primer corredor. Impresionante. Así, poco a poco, fueron llegando todos. Unos corriendo, otros trotando y muchos caminando. Pero todos contentos.
Llegó el momento de la premiación. Las medallas, magníficas. Christian Silva hizo un diseño único: un ángel guardián. Al momento de hablar, me volvió a traicionar el sentimiento y la voz se entrecortó. Quería decir tantas cosas. Quería agradecer a cada uno. Quería abrazar a todos.
Adriana, mi Lokis querida, se sacó un diez. Ella y todas las chicas de rosa. Hicieron algo increíble. La organización estuvo perfecta. Los premios, ni se diga.
Y creo que lo mejor de todo es que durante unas horas, 800 almas convivieron contentas entre amigos y familiares un domingo por la mañana, disfrutando del sol y del mar mientras recorrían el malecón de Coatza...
¿Qué más se le puede pedir a la vida?
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Banderazo de salida. |
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El Aleks iba con todo. |
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Fui la primera en llegar, aplicando la estrategia de Roberto Madrazo. |
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Arjona, llegando a la meta con sus niños. |
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La Lokis con Anita que se aventó los 5 km y llegó feliz a la meta. |
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Unos corrieron y otros gatearon, pero todos llegaron. |
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El buen ánimo era evidente. |
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Aquí el Aleks y yo con Iván y Mariana. |
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Aquí con Christian, nuestro escultor de lujo. |
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Y no podía faltar la foto con las mujeres maravilla. |
- Amaya