martes, septiembre 13, 2011

Insultos, intolerancia y libertad de expresión


Chavos, les comparto el texto publicado la semana pasada en mi columna "Acá entre nos" de la sección Esencias del Diario del Istmo


Insutos, intolerancia y libertad de expresión
Por Amaya Marichal 

Hay algo que me inquieta, querido lector. Después de haber publicado la “Carta a Felipe Calderón” la semana pasada, recibí una buena cantidad de comentarios, algunos apoyando mi texto y otros en desacuerdo. Eso me lo esperaba, ya que no se puede compartir siempre la misma opinión con los demás y menos en temas tan espinosos como la política.

Sin embargo, tengo que admitir que me desconcertó en buena medida la forma tan agresiva en que estaban redactados algunos de los comentarios que criticaban mi texto. No sólo se trataba de un desacuerdo. Ahí se percibía sarcasmo, enojo, desprecio, soberbia y hasta rabia, en algunos casos.

Me llovieron insultos y adjetivos de todo tipo. Me sentí contrariada. ¿Cómo es posible que un texto pueda generar una respuesta tan virulenta de parte de algunos lectores? Lo peor es que dentro de ese grupo había quienes me insultaban por “apoyar” a Calderón y los que me insultaban por “criticar” sus acciones en contra del narco, de tal suerte que ahora no me queda claro: ¿lo apoyé o lo critiqué? Honestamente creo que fue un texto moderado y supongo que eso es lo que más calienta a los extremistas fanáticos.

Lo que realmente me entristece es la calidad de los argumentos que utilizan aquellos que no estuvieron de acuerdo conmigo. Decirme “pendeja”, “revoltosa”, o “niña adinerada que no conoce la realidad de México” no es, ni de lejos, un análisis crítico de lo que yo expuse en mi texto.  Se trata, en cambio, de la más pura intolerancia, una reacción verbal arrastrada por la emoción y llena de prejuicios.

La inercia de agredir verbal y físicamente a aquel individuo con el que no estamos de acuerdo debería ser cosa del siglo pasado, así como lo dijo el historiador inglés Eric Hobsbawm cuando definió al siglo XX como el de las grandes intolerancias. Estos ataques contra la libertad de expresión terminan algunas veces -en el mejor de los casos- en censura y autocensura. Y la verdad, querido lector, ¿quién quiere eso en esta época? ¿No fue acaso la censura de lo que nos estuvimos quejando durante muchos años?

Esos comentarios que recibí son, desde mi punto de vista, un signo claro de la alta polarización que existe en nuestro país en temas políticos y partidistas. Parece que no se puede estar en el centro porque inmediatamente saltan fanáticos de derecha e izquierda lanzando acusaciones. Además, independientemente de la postura política que alguien asuma, ¿por qué hay que estar soportando insultos de alguien que no está de acuerdo con nuestra perspectiva?

Los insultos dicen mucho. No sólo reflejan la carencia de argumentos sólidos para debatir, sino que además demuestran una pobreza de modernidad, civilidad y cultura democrática.

Dice Vargas Llosa que se puede medir la salud democrática de un país evaluando la diversidad de opiniones, la libertad de expresión y el espíritu crítico de sus diversos medios de comunicación. Yo añadiría que dicho espíritu crítico también debería existir en la población, en las audiencias, en los lectores, en los televidentes, en los radioescuchas, en las mesas de debate, en las redes sociales, en el electorado…

“Debería”, ¿estoy cayendo en utopías? No lo sé, pero lo que sí sé es que, como dice Noam Chomsky: “Si no creemos en la libertad de expresión para la gente que despreciamos, no creemos en ella para nada”.

- Amaya 

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Que tal Amaya,
Estoy de acuerdo con tu reflexion, aunque creo que esta polarizacion va mas alla de temas políticos y partidistas. La intolerancia, desde mi punto de vista, es algo tipicamente mexicano. Basta darse una vuelta por los comentarios de cualquier periódico mexicano en linea(u otro medio de discusión) en y observar que en cualquier sección (política, economía, deportes, etc.)encontramos insultos sin razon a cualquier opinion emitida, como ocurrio en tu caso. En cambio, observando periodicos de otros paises, vemos que las diferencias en puntos de vista existen, pero que estas no generan debates tan agresivos, y que en las discusiones siempre se presentan argumentos que tratan el contenido del tema, sin ataques personales. La intolerancia en la cultura mexicana es un hecho. La explicación puede ser un buen tema de reflexión ...

Saludos de un amigo de Lyon

Anónimo dijo...

Amaya,desgraciadamente vivimos en un pais mejor conocido como la cubeta llena de cangrejos,yo lei tu publicacion y la verdad me parecio muy bien,haz caso omiso al fanatismo o a la ignorancia en este tipo de cosas,sigue adelante y recuerda que se te quiere mucho.....

Anónimo dijo...

Hola Amaya, estoy de acuerdo con anonimo, existe mucha intolerancia y no solo hacia las publicaciones, siempre creemos tener la razón y queremos que todos piensen como nosotros, el ego es un gran mal y no solo deberiamos reconocer que lo tenemos si no que trabajar en ello.
Saludos.

Anónimo dijo...

Hola Amaya.
También te apoyo, leí tu publicación y a mi me pareció muy acertada, no vi preferencia hacia algún partido y menos hacia el presidente, simplemente fué una expresión hacia su trabajo. Te felicito por tu gran madures y esa enteresa que te caracteriza, gran cachetada con guante blaco para esa "persona fanática"...
Saludos
Denisse Cinta

Anónimo dijo...

Hola Amaya:
Leyendo tu reflexión, creo que ahora te das una idea de lo que siente el presidente cuando en los medios de comunicación aprueban o desaprueban el desempeño de su cargo, no es nada fácil.
Me parece un buen comienzo tu publicación, me gustaría que para la siguiente no te limitaras solamente a realizar preguntas, como se desprende de tu ultimo párrafo, sino que te centraras solamente en una de ellas y propusieras una solución, para que de esa forma la critica que realizas se convirtiera en una critica constructiva, creo que ese hecho enriquecería tus siguientes publicaciones.
Tu amigo HOC

Anónimo dijo...

Hola Amaya,

No he tenido la oportunidad de leer tu publicación. Pero coincido contigo en la reflexión que haces en tu blog. En nuestro país,(como en muchos lados)existe muy poca tolerancia y esta es causada, por la poca capacidad argumentativa y de debate que se tiene. Un problema comùn es que las personas no saben leer, o no comprenden lo que leen, o lo que es peor aùn,no saben escuchar o no entienden lo que oyen.El problema del mexicano es que insulta cuando no esta de acuerdo o de plano es un vasallo adulador sin opinión. Si encuentro tu artículo en internet, sin duda te envío mi opinión. Prometo no insultar! jajaj