viernes, agosto 20, 2004

Memorias de la Guerra Fría

Los últimos días han sido difíciles para Alemania. Por un lado, la decisión tomada por Washington de reducir sus efectivos militares en Europa. Por el otro, las medidas económicas lanzadas por el Canciller Gerhard Schroeder. Ambas medidas parecen evocar momentos de la Guerra Fría entre la población aria.

El 16 de agosto pasado, en el marco de una gran reestructuración de las fuerzas armadas, se confirmó la retirada de la mayoría de las tropas estadounidenses desplegadas en Alemania.

El ejército estadounidense llegó a Alemania por primera vez con el objetivo de acabar con el régimen de Adolfo Hitler durante la Segunda Guerra Mundial. Posteriormente, se quedaron instalados en este país durante los años de la Guerra Fría para contrarrestar la influencia soviética en los países europeos.

La decisión está tomada: más de 70,000 soldados estadounidenses serán retirados en un plazo de 10 años. Esta medida, tomada por el presidente de los Estados Unidos, George W. Bush, provoca cierta inquietud entre los alemanes, particularmente en las regiones del sur y suroeste de Alemania, donde se concentraba la mayor parte del ejército yanqui. Por tal motivo, Edmund Stoiber, Primer Ministro del Estado de Baviera (la región que posiblemente se verá más afectada por la retirada), pidió ayuda al gobierno federal ya que teme grandes pérdidas económicas.

Alemania ya había vivido retiradas de tropas a principios de la década de los 90, después de ser derribado el Muro de Berlín y de poner punto final a la etapa de la Guerra Fría. En estos años, el ejército estadounidense redujo el número de tropas en Europa de 210 mil a menos de 150 mil. Sin embargo, un fuerte impulso en la economía alemana pudo equilibrar las pérdidas que se dieron en esos momentos, algo que está lejos de suceder ahora.

Pero los temores no son sólo en el aspecto económico. Algunas especialistas en cuestiones de defensa y seguridad nacional opinan que esta reestructuración podría amenazar la existencia misma de la OTAN. Lo que sí es seguro, es que esta nueva medida de Washington muestra claramente el movimiento ineludible de la historia mundial y pone en evidencia la existencia de un gran anacronismo en muchas partes del mundo, ahí donde la Guerra Fría todavía no se acaba.

Aunado a esto, más de 90,000 alemanes han salido a las calles de Berlín, de Leipzig y de Magdeburg, entre otras ciudades del Este de Alemania, a protestar contra una serie de reformas económicas que reducirán el generoso sistema de seguridad contra el desempleo del que gozan miles de personas en este país. Un seguro sumamente costoso e improductivo, ya que aquellos que se encuentran sin empleo tienen muy pocas razones para regresar a trabajar.

Los alemanes que pierden sus trabajos reciben un seguro de desempleo del 60% de sus ganancias anteriores (67% si tienen hijos) por un periodo de 32 meses. Después de esto, los pagos disminuyen al 53% y 57%, pero sin límite de tiempo. Para cambiar esto, la ahora famosa ley “Hartz IV” reducirá el periodo de aplicación del seguro de desempleo a 12 meses y eliminará automáticamente la segunda fase de la ayuda. Lo que se pretende es estimular a las personas a que busquen empleo seriamente. Sin embargo, el golpe promete ser fuerte en el Este de Alemania, donde la tasa de desempleo es del 18.5%, contra 8.5% en el Oeste.

Las manifestaciones se han comparado con las que se llevaron a cabo hace 15 años cuando se protestaba por las divisiones provocadas por la Guerra Fría, pero el Canciller alemán, Gerhard Schroeder afirma que no hay punto de comparación y que las medidas tienen el objetivo de estimular la economía alemana.

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