martes, junio 07, 2005

La vida de Adolfo

Sergio Sarmiento: Jaque Mate
Aguilar Zinser

"Desafortunadamente el entendimiento que la clase política e intelectual de Estados Unidos tiene sobre México es todavía el de un país en la condición genérica de patio trasero." (Adolfo Aguilar Zinser)

Adolfo Aguilar Zinser tenía una inusitada combinación de solvencia intelectual y sentido de los medios de comunicación. Desde joven, cuando era estudiante, se le reconocía su brillantez. A la capacidad de análisis de los temas internacionales y nacionales, sin embargo, siempre supo darles el toque del atractivo mediático.

Aguilar Zinser nació en el seno de una familia en que se valoraba la capacidad intelectual y cultural. Su abuelo fue Miguel Ángel de Quevedo, reforestador y precursor del ecologismo en México. Su padre, Adolfo Aguilar y Quevedo, fue considerado por muchos como el mejor abogado penalista del México de mediados del siglo XX. Su madre, Carmen Zinser, era una discreta e incansable filántropo. Su hermano, Alonso Aguilar Zinser, es hoy uno de los abogados penalistas más reconocidos de México. Su hermana Ángeles es editora de la revista Tiempo Libre.

Adolfo obtuvo una licenciatura en relaciones internacionales en el Colegio de México y una maestría en administración pública en la Escuela de Gobierno John F. Kennedy de la Universidad Harvard. Fue profesor, investigador y funcionario del Centro de Estudios Económicos y Sociales del Tercer Mundo impulsado por Luis Echeverría. Cuando se derrumbó el sueño del tercermundismo, mantuvo un activo papel como intelectual de izquierda tanto en el mundo académico como en colaboraciones en distintos medios de comunicación.

Con Jorge Castañeda se opuso activamente al Tratado de Libre Comercio de América del Norte. En 1994 se hizo cargo de la relación con los medios de la campaña de Cuauhtémoc Cárdenas a la Presidencia. Fue diputado externo del PRD de 1994 a 1997. Sin embargo, un libro crítico sobre la campaña de Cárdenas, Vamos a ganar: la pugna de Cuauhtémoc Cárdenas por el poder, le ganó la animadversión de una parte importante de la izquierda perredista.

En 1997 Aguilar Zinser ganó una senaduría por el Partido Verde, pero también esta vez se distanció del partido que lo había llevado al cargo legislativo y actuó de forma independiente. En el 2000 se unió, con Castañeda, a la campaña presidencial de Vicente Fox. Los dos ex académicos se convirtieron, de alguna manera, en el vínculo del guanajuatense y una intelectualidad de izquierda que estaba dispuesta a apostar por el voto útil en contra del PRI, aunque fuera en beneficio de un candidato presidencial tildado de derechista.

Tras el triunfo de Fox, Aguilar Zinser fue designado consejero de seguridad nacional de la Presidencia de la República. Tuvo disputas con otros funcionarios públicos y después de dos años se le mandó a Nueva York como representante permanente ante las Naciones Unidas. Ahí chocó con sus dos jefes formales y sucesivos cancilleres: primero su viejo amigo Jorge Castañeda y después Luis Ernesto Derbez. Finalmente dejó el servicio público. Se dijo que esto era consecuencia de unas declaraciones que había hecho según las cuales Estados Unidos seguía considerando a México como su patio trasero. Pero hay razones para pensar que la cancillería buscaba ya deshacerse de un representante que no aceptaba instrucciones de Tlatelolco y que quería manejar su propia diplomacia en las Naciones Unidas.

Aguilar Zinser se reintegró así al mundo académico y a los medios. De hecho, su columna del periódico Reforma la mantuvo todo el tiempo que estuvo en el servicio público. En este 2005 condujo brevemente un programa de análisis para el canal 40 de televisión.Los homenajes a Aguilar Zinser tras su fallecimiento han sido notables y muy extendidos. Lo han alabado incluso quienes tuvieron diferencias públicas con él. A sus festejos fúnebres asistieron Manuel Bartlett, Jorge Castañeda, Cuauhtémoc Cárdenas y el presidente Vicente Fox. A instancias de la propia Condoleezza Rice, la secretaria de Estado de la Unión Americana, los cancilleres americanos reunidos en la 35ª Asamblea General guardaron un minuto de silencio en su honor. El secretario general de las Naciones Unidas, Kofi Annan, lamentó públicamente su fallecimiento.

Mal haríamos en tratar de convertir a Adolfo Aguilar Zinser en el santo que nunca fue. Era un hombre difícil. Muy seguro de sus ideas, se resistía a trabajar en equipo. Pero si bien todos los que lo conocieron tienen alguna anécdota del protagonismo o la testarudez de Aguilar Zinser, nadie le podrá discutir nunca ni su inteligencia ni su innato sentido de los medios.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola Amaya, hoy no te voy a hacer la broma de "Vamos a quemar algo!!!",por que hoy, no seria broma. Estoy molesto y triste por la muerte de ese ilustra señor y mas aun, por el tratamiento que se le dio en los medios. Simplemente es inaceptable que los politicos tengan tan poca verguenza y el pueblo tan poca memoria.

Ojala y todo este asunto del "accidente" no vaya a ser lo que mas me temo, Mexico no necesita ese tipo de cosas hoy.