Mientras comíamos disfrutamos del espectáculo que nos dio una niña lindísima que en su afán de ser avión, daba vueltas con sus brazos extendidos y con el repique de sus zapatillas por toda la pista. Ella era incansable...
Por otro lado, estaban los Gallardo brindando cada 5 minutos con todos esos bríos que les dio la herencia de Carmelita. La mesera se convirtió en su mejor amiga... Los invitados se acercaban a felicitarnos... El mesero era puntual con nuestras bebidas... Los saludos de larga distancia entre la mesa 8 y la mesa 27. "Otro taquito de barbacoa por favor." Las LRI riéndonse de buena gana... Mi hermano desaparecido... Alex un tanto distraído... Los Bee Gees en el aire... Y de repente, el anuncio de un brindis que nos enganchó con esas palabras tan sencillas, tan ciertas y tan nuestras... COINCIDIR, esa es la clave... Papá Pipo fue elocuente...
El pastel ni siquiera lo probamos. Ya estábamos esperando los rituales de las bodas. Rituales que parecieron extraños a los ojos de la familia y los amigos que venían de fuera. "¿El baile de la cola?", preguntaba Goretti... La botella fue para el Sapo, que en 5 minutos ya era otra persona... La liga iba dirigida a Pedro, pero finalmente terminó en las manos de Jaime, que ya lleva 3 en su haber... El ramo fue para mi prima Jani, quedando todo en familia...
Ahora sí, que comience el bailongo!!
- Amaya
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