Qué coraje perder algo, ¿no? Y peor aún cuando tú no tienes nada que ver, pero tampoco puedes hacer nada para recuperar aquello tan preciado.
Ayer estaba viendo una película que se llama "Nunca te vayas sin decir te quiero", en la que un judío estaba obsesionado por encontrar una valija llena de objetos personales que había enterrado mientras trataba de escapar de los nazis durante la Segunda Guerra Mundial. La gente lo tachaba de loco por aferrarse tanto a aquellas cosas. Las quería recuperar. Pero tantos años después resultaba prácticamente imposible. En cierta forma, ese hombre vivía en el pasado y yo me identifiqué con él. Yo también estaba obsesionada con recuperar mis cosas. Y no pude hacerlo. Nadie entendía porqué no lo olvidaba. Simplemente no podía, era algo muy valioso para mí. Finalmente llegó la resignación. El coraje se disolvió. Y entonces me di cuenta, poco a poco, que encontré algo más...
- Amaya
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