Recuerdo que cuando estábamos en Toulouse, mi amiga Gina estaba leyendo un libro que se llamaba Nubes borrascosas. No sé exactamente qué fue lo que me hizo recordar ese momento (tal vez el frío y la neblina que cayó ahora en la ciudad), pero lo curioso es que cada que pienso en ese título me vienen a la mente los momentos que pasábamos en nuestros cuartos de residencias escuchando música, en el depa de Irene cocinando y tomando café, en el mercadito, estudiando para los exámenes orales, planeando los viajes, poniéndonos al día con los chismes, paseando por La Garonne sin preocupaciones, buscando dónde comer en fin de semana, en el jardín japonés tirados en el pasto leyendo un libro, observando a la gente, bueno, una cantidad enorme de recuerdos que me confirman la belleza de los pequeños momentos de nuestras vidas...
- Amaya
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