sábado, enero 09, 2010

Homofobia

Ya lo dije en Facebook, Carlos Loret de Mola no es santo de mi devoción, pero este artículo que escribió para EL Universal el pasado 7 de enero me pareció que está bien argumentado y sí le pongo su estrellita en la frente:

Seis de cada 10 mexicanos están en contra de que se casen los homosexuales y siete de cada 10 de que adopten hijos. Las convenciones internacionales sobre derechos humanos, la Organización Mundial de la Salud y casi la totalidad de los pensadores más respetados de la humanidad forman, frente a esa encuesta de Mitofsky, una minoría a la que este reportero se ha sumado hace tiempo.

Hurgar en los fundamentos ideológicos de quienes se oponen a otorgar mayores derechos a la comunidad gay termina aterrizando en algunos de estos conceptos muchas veces heredados y pocas procesados: ser homosexual no es normal, es antinatural, es una enfermedad.

¿Son “normales” los homosexuales? El calificativo “normal” ha sido sepultado por la democracia, la tolerancia y la inclusión que son signos-anhelos de nuestros tiempos. La ecuación papá-mamá-hijos es, en uno de cada tres casos, escenario de violencia intrafamiliar. Eso bajo ningún concepto puede ser considerado normal. La familia tradicional como estructura básica de la sociedad se ha convertido en un cuerpo con osteoporosis: por fuera se sostiene, pero por dentro está desgastado, fracturado, desbaratándose.

¿Es “natural” que un hombre golpee a una mujer? ¿Que se calle y esté sometida “por el bien de sus hijos”? ¿Que ella aguante todo lo que el hombre haga con la mira puesta en la unión familiar? Porque ésas son las ideas que permean cómodamente en amplios sectores sociales y se antoja que palidecen en la categoría de “naturales” frente a una pareja del mismo género.

¿Están enfermos los homosexuales? El 17 de mayo de 1990 la Organización Mundial de la Salud, perteneciente a la ONU, retiró la homosexualidad de la Clasificación Estadística Internacional de Enfermedades y otros Problemas de Salud. Desde hace casi 20 años, la homosexualidad no es enfermedad para ningún doctor serio.

Con estos antecedentes, quienes hemos conformado la manera habitual de vivir alrededor de nuestra preferencia heterosexual no tenemos autoridad moral para reprimir, mucho menos suprimir, el ejercicio de otras formas de convivencia social y, ultimadamente —y aunque suene cursi—, de amor.

Me atrevería respetuosísimamente a pedir a quienes están en contra de la plenitud de derechos y deberes para la comunidad gay que tomen en cuenta en su análisis moral —incidido por la fe y por tanto, de toda consideración— estos datos que exhiben el fracaso de los modelos vigentes, no para rendirse y abandonar a la familia tradicional como modelo ideal, sino para intentar reforzarla sin hipocresías y al mismo tiempo tolerar otras maneras de fundar comunidad (no confundir: nadie se ha vuelto gay por la crisis de la pareja tradicional; aceptar los matrimonios homosexuales es un tema de universalidad, no un plan B).

Lo principal es romper el estereotipo: la familia de papá-mamá-hijos no es una familia feliz en automático y las parejas homosexuales no son drogadictas, proxenetas entregadas a la lujuria. Hay parejas hombre-hombre y mujer-mujer que son modelo de felicidad, y hay hogares tradicionales a los que los hijos no quieren volver después de la escuela porque es como regresar al infierno.

En Tercer Grado, Denise Maerker aportó un argumento incontrovertible a ese otro tema que es la facultad de adoptar niños a parejas homosexuales: que si bien lo ideal para un menor es contar con las figuras paterna y materna, los infantes sujetos a adopción no tienen ni uno ni otro, viven muchas veces en el abandono de guarderías tutelados por un par de buenas personas que hacen sus mejores esfuerzos para encauzarlos pero que muchas veces no pueden construirles un blindaje que los libere de estar a merced de traficantes de órganos y niños. Los casos concretos se agolpan en denuncias de medios de comunicación semana a semana.

Son pequeños sin hogar, sin padre, sin madre, sin perspectiva, sin futuro, quienes a través de un riguroso procedimiento son asignados a personas que les puedan dar un horizonte. Que en este grupo de personas sujetas a adoptar figuren homosexuales que garanticen una oferta de porvenir digna para los niños me parece hasta un gesto.

Hasta ahí los argumentos. Pido ahora permiso para una nota personal: no soy capaz de concebir una sensación de responsabilidad mayor a la que se tiene para con los hijos; entre mis personas más queridas y admiradas hay tres homosexuales. No dudaría un instante en encomendarle a mis hijos a alguno de ellos. Tampoco a un par de entrañables amigos solteros, amigas solteras, y más matrimonios heterosexuales con quienes me unen lazos que se antojan indisolubles. Pienso que cuando se escoge tener un amigo, que sea abogado o doctor es una característica colateral, pues hay abogados delincuentes y doctores asesinos, pero no son a ellos a los que nos estamos refiriendo.

SACIAMORBOS

Con el mismo respeto, considero que un debate que tiene que ver con la moral pública no puede aspirar a la unanimidad, pero tampoco puede llevarse a cabo —mucho menos conducirse— entre descalificaciones, discriminaciones, insultos y rabia. No en lo privado, mucho menos en lo público como lo hizo Esteban Arce.

2 comentarios:

Phyber dijo...

Un saludo y Feliz Año...
Primero dos cosas:
1.- No soy homofóbico
2.- El hecho de aprobar esta ley me repugna!!

¿ 6/10... 7/10 de la población no estan de acuerdo?

Me suena a imposición y apesta a dictadura jaja

¿Cuántos pensamos que antes de abrir la mente a parafilias sexuales de una minoría para sentirnos 'internacionales' deberiamos resolver problemas como la salud, el desempleo, la delincuencia, la propia familia tradicional?
... 99/100?

¿Qué grueso de la población está de acuerdo en que el congreso gana demasiado y nosotros muy poco?
... 999/1000?

¿Cuántos queremos que el 'Temo' vaya al mundial?
...11/10? [jaja]

¿Quién decide que asuntos le interesan al pais?

Y, bueno, sólo me queda reir... la ley me es indiferente, pudimos haber aprobado el matrimonio con chivas, vacas o cerdos para que reaccionaran americanistas, hindúes o judios, es el entorno en el cual se aprueba lo que en verdad me parece repugnante.

En un ambiente de violencia (el jefe de jefes), de pobreza (16%), de enfermedad (AH1N1), de incertidumbre y demás que rodea nuestra noche de paz y noche de amor, no creo que se pueda dormir tranquilo en derredor y la ley es mucho menoz que una luz de esperanza o razón, funciona como destello que nos hace voltear la mirada de todo lo malo que ya vivimos.

y ya volviendo a la ley, bueno está bien...

¿Casarse es una manifestación más de amor?... SI!

¿Es justo darle a un niño una segunda oportunidad de formar una familia?... SI!

¿Puede ser tan hogar como aquel de una pareja tradicional, de un padreo soltero, de una relación violenta, de una madre alcoholica?... SI!

¿Es discriminación negarles el derecho a adoptar o preferir una pareja tradicional antes que ellos?... SI!

Y es que la sexualidad está presente al regalar una flor, en una canción de amor, hasta al hacer de comer.

Porque en un diagrama de Venn amor y sexualidad están (irónicamente) 'uno sobre otro'.

Al parecer en lo que nadie ha pensado es en los niños...
... violencia intrafamiliar no genera un hombre golpeador, una madre soltera no genera una mujer insegura, una pareja gay seguramente no debe generar homosexuales...

pero nadie ha pensado en el niño...

ya es más que común decir 'el novio de mamá', 'vivo con mi papá'... que de malo tiene 'la novia de mamá'

ya la infancia es lo suficiente dificil como para lidear con 6 de cada 10 que consideran anormal que papá y papá vayan a las juntas, o que el dia de las madres haga dos tarjetas, la crisis de identidad de la pubertad, al menos la existencia de un mal modelo del sexo propio o contrario...sumado al probable sentimiento de rechazo por parte de los padres biológicos...

Los homosexuales están listos para educar niños...Están los niños listos para ser educados por homosexuales?

chahuistle dijo...

http://chahuistle.blogspot.com/2010/02/todos-estamos-en-el-mismo-barco.html