¡Vaya que son rígidos los parámetros de belleza para las mujeres! No sólo tenemos que ser flacas, también tenemos que ser rubias, altas y de cabello lacio, con perfil griego, con curvas que marquen 90-60-90, dientes ultra blancos, que no nos brille la cara, que estemos siempre a la moda, que no tengamos arrugas…. Que seamos ¡perfectas!
Si en la realidad podemos observar mujeres de todos los tamaños, formas y colores, ¿por qué no sucede así en los medios? ¿Por qué ese afán de parecerse a Lindsay Lohan, a Paris Hilton o a las chavas de Rebelde? ¿De dónde viene todo esto? ¿Quién dijo que tenemos que seguir un patrón determinado de belleza?
Las respuestas de estas preguntas las obtuve después de haber leído un estudio que demuestra que la exposición constante de imágenes de mujeres bellas y delgadas en revistas como Vogue y Cosmopolitan produce el anhelo constante de responder a ese ideal de belleza, el cual puede conducir a enfermedades como la anorexia o la bulimia y, en casos extremos, a la muerte, como lo han demostrado otros estudios similares.
¿Esto quiere decir que las imágenes son más fuertes de lo que se pensaba y que ese poder de seducción nos conduce a cambiar ciertos comportamientos? ¿O es que tal vez las mujeres sucumbimos demasiado fácil a lo que nos dicta el mundo autoritario de la moda?
Y es que el hecho de subir de peso se ha convertido en una de las principales fobias de nuestra época, particularmente entre las mujeres jóvenes. Aquí mismo en Monterrey, no hace falta ir muy lejos para observar que las jovencitas de todos los niveles sociales desean tener cuerpos que van en contra de la naturaleza.
Lo que me parece verdaderamente delicado es que en esta eterna batalla campal contra la báscula se utilizan todos los recursos imaginables, desde el ejercicio y las dietas, hasta la hipnosis y la liposucción, sin mencionar algunos métodos que rebasan los límites de la cordura. Me queda claro que tanto los desórdenes alimenticios como el rechazo hacia nuestro cuerpo, forman parte de una problemática que se ha extendido poco a poco en nuestra sociedad.
Según los especialistas, algunos de los aspectos que contribuyen a la generación de una baja autoestima, así como a la aparición de desórdenes alimenticios y al deseo de adelgazar a cualquier precio, son los factores genéticos, las características psicológicas, el ambiente familiar, el contexto social y la influencia de los medios de comunicación masiva.
Dejando a un lado el factor genético, lo interesante de todo esto es que la presión que siente una mujer para adelgazar no sólo es comunicada de forma directa por la influencia de familiares o amigos, sino que también se percibe a través de los medios, independientemente de su existencia real.
Esto significa que una mujer puede estar perfectamente consciente que los cuerpos que muestran las modelos en las revistas de moda no corresponden a parámetros normales y que son irreales, pero también intuye que otras mujeres -y hombres- sí son influenciados por esas imágenes y en ese caso no le queda más remedio que adoptar el mismo patrón, sintiéndose anormal e inferior al compararse con las imágenes de los medios.
Por ello, tal vez resulte conveniente identificar todas aquellas imágenes que promueven patrones de belleza específicos y que no dan paso a la diversidad. Puede ser que con el intercambio de opiniones acerca de este fenómeno, las personas estén más concientes que otros miembros de la sociedad comparten las mismas críticas. Tenemos que exigir a los medios que cambien en ese aspecto.
En este sentido, aplaudo el esfuerzo de la empresa Unilever por lanzar su nueva campaña publicitaria “Belleza Real” de la marca Dove, donde se muestran imágenes de mujeres que corresponden más a la realidad. Me encantaría que otras compañías siguieran el ejemplo de Unilever y dejen atrás esas imágenes de mujeres perfectas que no reflejan la pluralidad del mundo en el que vivimos.
Si en la realidad podemos observar mujeres de todos los tamaños, formas y colores, ¿por qué no sucede así en los medios? ¿Por qué ese afán de parecerse a Lindsay Lohan, a Paris Hilton o a las chavas de Rebelde? ¿De dónde viene todo esto? ¿Quién dijo que tenemos que seguir un patrón determinado de belleza?
Las respuestas de estas preguntas las obtuve después de haber leído un estudio que demuestra que la exposición constante de imágenes de mujeres bellas y delgadas en revistas como Vogue y Cosmopolitan produce el anhelo constante de responder a ese ideal de belleza, el cual puede conducir a enfermedades como la anorexia o la bulimia y, en casos extremos, a la muerte, como lo han demostrado otros estudios similares.
¿Esto quiere decir que las imágenes son más fuertes de lo que se pensaba y que ese poder de seducción nos conduce a cambiar ciertos comportamientos? ¿O es que tal vez las mujeres sucumbimos demasiado fácil a lo que nos dicta el mundo autoritario de la moda?
Y es que el hecho de subir de peso se ha convertido en una de las principales fobias de nuestra época, particularmente entre las mujeres jóvenes. Aquí mismo en Monterrey, no hace falta ir muy lejos para observar que las jovencitas de todos los niveles sociales desean tener cuerpos que van en contra de la naturaleza.
Lo que me parece verdaderamente delicado es que en esta eterna batalla campal contra la báscula se utilizan todos los recursos imaginables, desde el ejercicio y las dietas, hasta la hipnosis y la liposucción, sin mencionar algunos métodos que rebasan los límites de la cordura. Me queda claro que tanto los desórdenes alimenticios como el rechazo hacia nuestro cuerpo, forman parte de una problemática que se ha extendido poco a poco en nuestra sociedad.
Según los especialistas, algunos de los aspectos que contribuyen a la generación de una baja autoestima, así como a la aparición de desórdenes alimenticios y al deseo de adelgazar a cualquier precio, son los factores genéticos, las características psicológicas, el ambiente familiar, el contexto social y la influencia de los medios de comunicación masiva.
Dejando a un lado el factor genético, lo interesante de todo esto es que la presión que siente una mujer para adelgazar no sólo es comunicada de forma directa por la influencia de familiares o amigos, sino que también se percibe a través de los medios, independientemente de su existencia real.
Esto significa que una mujer puede estar perfectamente consciente que los cuerpos que muestran las modelos en las revistas de moda no corresponden a parámetros normales y que son irreales, pero también intuye que otras mujeres -y hombres- sí son influenciados por esas imágenes y en ese caso no le queda más remedio que adoptar el mismo patrón, sintiéndose anormal e inferior al compararse con las imágenes de los medios.
Por ello, tal vez resulte conveniente identificar todas aquellas imágenes que promueven patrones de belleza específicos y que no dan paso a la diversidad. Puede ser que con el intercambio de opiniones acerca de este fenómeno, las personas estén más concientes que otros miembros de la sociedad comparten las mismas críticas. Tenemos que exigir a los medios que cambien en ese aspecto.
En este sentido, aplaudo el esfuerzo de la empresa Unilever por lanzar su nueva campaña publicitaria “Belleza Real” de la marca Dove, donde se muestran imágenes de mujeres que corresponden más a la realidad. Me encantaría que otras compañías siguieran el ejemplo de Unilever y dejen atrás esas imágenes de mujeres perfectas que no reflejan la pluralidad del mundo en el que vivimos.
- Amaya
3 comentarios:
La verdad yo la prefiero llenita.
Pd. Siempre va a ser mejor la carnita, que haya de donde agarrar!!!
Atte. Hombre en lucha constante con su mujer empeñada en lucir más flaca que la paris.
Que ondas amaya.
Personalmente, me gustan mas las mujeres naturales, y que disfrutan de su cuerpo, no soy muy exigente que sera....una mujer como Monica Belucci? ? (Mamy!!!) Creo que la mujer latina, tiene ese tipo de cuerpo que vuelve loco a la mayoria de los hombres (caderas grandes y pronunciadas, pechos no muy grandes).
Obviamente no falta el que le gustan los huesos...(por aquello del sabor al caldo) pero me atrevo a decir, q en general las mujeres con carne llaman mas la atencion.
Qué tal?
Yo no sé si esto se deba más a que los medios influyen en cómo "tenemos" que ser las mujeres, o si las propias mujeres tenemos la culpa al dejarnos influir.
Sea como sea, tienes razón. Unilever dio un paso importante, aunque hay que admitirlo, esas modelos no son tampoco la "girl-next door" cualquiera. Recientemente vi en E! un programa acerca de los efectos que utilizan para que las chicas de portada se vean como se ven: maquillaje, efectos de luces, retoques fotográficos, etc. Tyra Banks tiene celulitis!! lo habría alguien imaginado?
Por cierto, felicidades por tu blog, está muy interesante.
Saludos colega!
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