No me juzguen sin antes escuchar mi historia...
Llegamos por fin a la tienda china donde se encuentra el consultorio del doctor. Alex me acompañó, lo cual agradezco porque si no hubiera ido, yo habría salido huyendo del lugar jurando venganza azteca.
La verdá, la verdá, me estaba muriendo de miedo. Me recosté en el camastro (me encanta la palabra "camastro"), me empezaron a poner las agujas en las piernas, luego en las manos y cuando llegaron a la cara... ay nanita... ay nanita... no se imaginan ustedes, queridos lectores, el dolor en la mandíbula... horrible... y luego lo peor: la aguja cerca del ojo... DEL OJO!!! Oigánlo bien: DEL OJO!!! El lugar más frágil de mi cuerpecito. Cualquiera que me conoce bien sabe que con mis ojos nadie se mete... Lo oyó Doctor Chuy-Li? NADIE SE METE... "Este, este... no doctor no dije nada... Bueno, está bien Doctor, me aguanto. No, no tortura china por favor. No hay problema, ponga usté la aguja..." Aquí entre nos, se me salieron unas lágrimas de dolor y me comporté como una nena de 4 años.
Total que me pusieron los cables para la corriente y me dijo el doctor que me relajara. Sí, claro. Estaba a punto de ser electrocutada, con la cara llena de cables peligrosísimos y agujas asesinas. Pues traté de relajarme y les juro que ya lo estaba logrando, cuando de repente regresa el doctor, checa que todo esté bien y me restriega la aguja de la mandíbula en lo más profundo del nervio. "¿Duele?", me preguntó. "Un poquito", le contesté (frunciéndome del dolor).
Me vuelve a dejar el doctor con todos mis temores y es en ese momento cuando sentí un flashazo en la cara. "Ya explotó el pinche aparato que me da los toques-toques. Seguró ya me chamusqué", pensé. Pero no, era mi amado esposo tomándome una foto para después mandarla al programa de Jaime Maussan. Ya podía leer los titulares de los periódicos amarillistas al día siguiente: "Autopsia de Marciana en consultorio chino".
Bueno pues al final me quitaron las agujas, me dieron un masaje igualito a esas veces cuando te pasan mil elefantes africanos por la cara, me dieron mi papelito para pagar en la caja y me dijeron que tengo que ir 3 veces por semana durante unas 4 semanas.
Pregunta: ¿Podrá Amaya resistir la tortura china del Dr. Chuy-LI? ¿Seguirá llorando como nenita en cada sesión?
Véalo en el próximo capítulo de "Aguuuuujas Aaaaasesinas"...
- Amaya