La primera vez que escuché sobre los biocombustibles me alegré al pensar que se abría una nueva oportunidad a este planeta tan maltratado. Todo parecía perfecto. Nada más que ventajas. Sin embargo, la producción masiva de biocombustibles es más que una bella apuesta a la mejora de la calidad del aire que respiramos. Hay muchos hilos que se mueven para lograr el producto final. Muchos intereses. Al igual que el petróleo, el etanol puede ser el origen de una serie de injusticias y luchas de poder. Así lo vislumbra Fidel Castro y la verdad es que más allá de sus razones políticas, nos deja algo en qué pensar.
He aquí sólo un pequeño extracto de un texto en el que habla del tema en cuestión:
"Insaciable en su demanda, el imperio había lanzado al mundo la consigna de producir biocombustibles para liberar a Estados Unidos, el mayor consumidor mundial de energía, de cualquier dependencia exterior en materia de hidrocarburos.
La historia demuestra que el monocultivo cañero estuvo asociado estrechamente a la esclavitud de los africanos, arrancados por la fuerza de sus comunidades naturales y trasladados a Cuba, Haití y otras islas del Caribe. En Brasil ocurrió exactamente igual con el cultivo de la caña.
Hoy en ese país, casi el 80% de la caña se corta manualmente. Fuentes y estudios aportados por investigadores brasileños afirman que un cortador de caña, trabajador a destajo, debe producir no menos de doce toneladas para satisfacer necesidades elementales. Ese trabajador necesita efectuar 36 630 flexiones de piernas, recorrer pequeños trayectos 800 veces cargando 15 kilos de caña en los brazos y caminar en su faena 8 800 metros. Pierde un promedio de 8 litros de agua cada día. Solo en caña quemada se puede alcanzar esa productividad por hombre. La caña de corte manual o mecanizado se suele quemar para proteger al personal de mordidas o picadas dañinas y sobre todo para elevar la productividad. Aunque exista una norma establecida de 8 de la mañana a 5 de la tarde para realizar su tarea, ese corte a destajo no escapa de las 12 horas de trabajo. La temperatura en ocasiones alcanza los 45 grados centígrados al mediodía..." (Texto completo)
Fidel Castro